En México tenemos una idea generalizada de que emprender requiere de mucho dinero. Sin embargo, es muy común escuchar que todo mundo tiene “ideas millonarias”, algunas más en serio que otras.

Aún así, ver esas ideas millonarias materializarse es sumamente raro y, aún si se logra, los datos son desalentadores: en México, 8 de cada 10 empresas no sobreviven los primeros 5 años.

La realidad es que a este país le urgen emprendedoras y emprendedores con las bases y herramientas necesarias para alcanzar un éxito sostenible. De tal modo que, para impulsar a que más gente camine por la senda del emprendedurismo, se deben adoptar nuevas metodologías para probar ideas, identificar las fallas y corregirlas antes de que se agote el dinero.

Comúnmente todas las ideas de negocio se construyen con base en el famoso Plan de Negocios. Un documento interminable que aborda todos los temas referentes a la gestión de una empresa excepto al factor más importante: si la gente está dispuesta a pagar por esa idea.

Para optimizar la inversión de tiempo, dinero y recursos, existe la metodología “Lean Startup”, que incluso está dando pasos para convertirse en un movimiento global que ayude a miles de emprendedores a concretar rápidamente su idea.

El origen está en el libro, del mismo nombre, de Eric Ries, un ensayo fantástico donde se refiere a una metodología que tiene como objetivo reducir el ciclo de desarrollo de un producto o servicio con base en la retroalimentación del mercado meta de forma sostenible y escalable.

¿En qué consiste el Lean Startup?

A grandes rasgos, consiste en que los emprendedores hablen con los clientes antes de empezar a construir un producto que, más adelante, puede ser que nadie quiera comprar.

Cada retroalimentación que se recibe ayuda a los emprendedores a crear un mejor producto, que se alinee mejor con las necesidades del mercado.

La metodología consta de 5 pasos:

• Planteamiento de hipótesis: Identifica una necesidad en el mercado, cómo resolverla y por qué vale la pena invertir en la solución.
  
  
• Validación de hipótesis: Desarrolla la solución (pueden ser demos, muestras, prototipos, etcétera) y valida, a través de investigación cualitativa y cuantitativa si el mercado está dispuesto a comprarlo.
  
  
• Evaluación y medición: Identifica las métricas que te interesan y evalúa cuáles son parámetros de éxito para definir qué modificaciones son necesarias.
  
  
• Aprendizaje e interacción: Modifica tu oferta con base en lo que identificaste en los pasos previos para desarrollar una solución más alineada a las necesidades reales.
  
  
• Mejora continua: Debes continuar con un proceso de aprendizaje y mejora continua para definir mejor cómo será el producto o servicio que ofrecerás al mercado.

Como resultado de implementar la metodología Lean Startup, podrás minimizar la inversión y el riesgo que necesitas para validar tu idea.

Este método abre las puertas a todas esas ideas millonarias que se necesitan aterrizar y ordenar para descubrir su potencial verdadero.

Además, es una forma muy efectiva de determinar si tu mercado realmente necesita y está dispuesto a pagar (y cuánto) por tus soluciones.

También reduce el tiempo de desarrollo y producción para crear prototipos funcionales que se puedan ir evaluando, retroalimentando y mejorando gradualmente.

Si estás interesando en conocer más sobre este método puedes hacer dos cosas:

1. Comprar y leer el libro:  (lo recomiendo ampliamente, incluso para aquellos que ya tienen su empresa desde hace años pero no saben cómo crecer).
   
   

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